Retomando… bombazos!

Hace ya mucho tiempo que dejé de escribir para dedicarme de lleno al trabajo… Feliz, no me quejo, nunca he dejado de disfrutar cada cosa que hago, pero uno a veces se motiva más cuando son otros los que piden que retome… «Lau, ya no nos cuentas nada por tu blog». Ah, es verdad yo tenía un blog… cuando empecé en AFA conté algunas de mis aventuras en Mozambique, Rusia y Colombia…

Vivir lejos del lugar que un nació conduce a eso… Descuidar a las personas que uno quiere, y eso no se deba hacer… Tengo novedades que ni las he compartido!

Ahí van algunas…

Regresé a vivir a Colombia en 2017…

Después del paréntesis de seis meses en 2017 en Canadá y desde el mismo Toronto, arranqué en el mundo de la tecnología para trabajar en un partner de software y en al monstruo alemán, SAP. Un mundo acelerado en el que no se ha terminado de aprender algo y ya ha salido lo nuevo. Un mundo apasionante de las ventas en el que sino hubiera llegado donde me encuentro hoy, hubiera peleado para hacerme un gran hueco.

Tuve una hija peluda desde el 31 de marzo 2018. Se llama MIKA, la adoptamos en Ciudad Bolívar (Colombia), y nuestra vida cambió. Ahora hay una responsabilidad superior, un colegio que pagar y una alegría infinita cada vez que llegamos a la casa.

En el amor también hubo novedades, sí. Con el gordito!… Nos comprometimos, sí,  nos hicimos unión de hecho, solteros en unión marital, pareja de hecho… Joder, un sin fin de etiquetas para describir el enlace de dos personas que se aman, que llevan más de 6 años juntos, más de dos conviviendo, y que deciden afianzarlo…

Para esto y demás bombazos habrá posts por aparte. Por el momento, y a modo de abrebocas, decido volver a mi viejo blog… ese que estuvo guardando polvo y curiosamente veía que tenía más de un lector por ahí siguiéndome. Muchas gracias por estar ahí.

Living in peace and quiet

Voy en el metro… Miro alrededor… Me encanta conocer nuevas culturas… Increíble qué diferentes somos… diferentes colores, sonrisas, vestimentas, gestos, olores, personalidades, manos, posturas… Claramente cada uno es de su madre y su padre… Pero AQUÍ todos, todos saben vivir en paz… Cada uno con su cultura pero respetando al de al lado… Soy de Madrid, europea… La multiculturalidad no debería sorprenderme…. Pero viendo cómo está el mundo hoy en día, lo únique que sueño es que llegue el día en que que vuelva a mi continente y todo el mundo viva como en Toronto, en paz, respetando religión y cultura…

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I am on the subway… I look over people… I love to know different cultures… Incredible how different we are each other… Different colors, smiles, clothes, glazes, smells, personalities, hands, postures… Definitely, each one is from different mothers… But, HERE, all of them, all, know living in peace… With their customs but respecting each other… I am from Madrid, European. It shouldn’t be a surprise for me… But seeing how the world is right now… I dream of the day that I go back to my continent and everyone lives like here IN PEACE and quiet… Respecting religion and culture

UK no es Londres, ni en Canadá hace sólo frío

En mi temporada en Bristol me daba mucha risa escuchar a familiares y a amigos… «Qué tal Laurita por Londres?». Yo creo que si no dije 150 veces que vivía en Bristol no lo dije ninguna…  Ehhh, cómo te digo? Perdonen, pero es que el Reino Unido no es Londres, ni tan siquiera Inglaterra. Yo vivo en Bristol (Inglaterra, al sur-oeste), tirando para Gales…

 

Ahora me ocurre con las temperaturas… Igual la culpa es mía por abrigarme tanto. Pero yo nací friolera (friolenta para los colombianos), qué culpa tengo yo. Aquí hasta mayo no guardé el abrigo gordo. Y que nadie mienta que los coletazos de frío apretaban hasta la fecha. El caso es que poco a poco se ha ido calentando y cuando hace calor, hace mucho calor. Canadá no es un país SÓLO frío.

Toronto alcanza los -20 grados C en invierno y supera los 35 grados C en verano. Este año 2017 me cuentan que ha sido muy loco. Doy fe porque España ha tenido también un comienzo de verano despistado. Veremos a ver cómo termina.

Segundo mes en Toronto

2 meses… Ia leche ya no la veo tan cara, el frío ya no es helado, y la gente sigue teniendo carisma… Me siento en la ONU y me encanta… Culturas y nacionalidades a montones… La sorpresa es parar con un canadiense de 5 generación… Eso ya ni en las telecomunicaciones, las cuales me imaginaba mejores… Me gusta Toronto, sí, y sé que los meses semi cálidos y cálidos me gustará más… Mi vida tiene la tranquilidad que buscaba y la cabeza pensando en nuevos proyectos… Recomiendo, sin prescripción médica, tomarse tiempos para encontrase uno mismo y disfrutar de una lectura o un paseo sin pensar que hay algo por hacer… La parte mala es la gente que entra y sale de tu vida… Amigos, compañeros que como yo sabían que esto es temporal y se han marchado… Ah!!! Este abrigo gordo ya está lavado y guardado, ojalá no lo use más… Gracias, gracias a todos lo que estáis ahí, en especial a mi familia y a mi gordito que me motivan a que siga adelante…

Primer mes en Toronto

Hoy cumplo mi primer mes… Qué bonito es Toronto… Empezando como el famoso argentino y maravillada con la ciudad, no voy a cagarme en el cornudo de la motoniveladora, ni en la nieve… Pero que me digan misa, aquí cuando hace frío se siente hasta en las pestañas… OMG… Qué horror… Hace tres días me dejé un guante en la casa y la mano la tenía morada… Llego al gimnasio y me quito prendas, que ni caben en el locker, para ponerme una cami de tirantes y sentirme desnuda… En fin, parece que llega la primera, pero qué llegue de verdad…please…

Continuo con mi idea de que esta ciudad es un NY arrancando, mucho por hacer y gran crecimiento… Los canadienses pelirrojitos, blanquitos, morenitos, asiáticos, cualquiera que sea su raza, son increíbles. La mezcla de culturas perfecciona a la gente… Todo el mundo es extremadamente educado, sin llegar a la pedantería británica, y súper friendly. Te ayudan, te sonríen y jamás protestan. Me maravilla como un aviso en metro de que este tren tiene que parar unos minutos y que nadie rechiste… Eso en Madrid hubiera sido una cagose en la madre de todo el mundo…

Del uno al 10 le doy un 7… Me cuesta creer que puedo pasar un invierno frío de 6 meses… Echo de menos las estaciones en España, un poquito de frío, un poquito de calor, y esa primavera increíble y el otoño… De la comida no me quejo porque como a mi española healthy combinada con esa comida asiática japo coreana que tanto amo… Riquísima… Lo que estoy pensado es en poner una vaqueriza… Joder qué cara es la leche y sus derivados !!!! Y también ese notable y no sobresaliente, porque echo mucho de menos mi vida colombiana y a mi gordito…

Pero bueno, aún es muy pronto para hablar… Por el momento dejemos que el solecito me alegre el día y me de posibilidades de planes outdoor!!! Loving Toronto.

Millones de gracias a todos los que me apoyáis y estáis ahí…

Conocer para comparar

Cada día me arrepiento de haber dejado de lado mi blog… Las redes sociales y motivos laborales fueron los responsables… Pero qué bueno es leer al cabo de los años las anécdotas vividas… Esta es sin duda la mejor parte de de mi escribir… Detalles que quedan en olvido, vuelven a la memoria, y si tienen imagen/ video, queda sello de por vida. 

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Bueno… Pues finalmente no fueron uno, ni dos, sino casi 4 años los que viví en Colombia… El país que sin duda me ha dado la mayor felicidad… Hoy precisamente leía un artículo que dice que HAPPINESS IS NOT THE SAME AS POSITIVITY… HAPPINESS DOES NOT REQUIRE LOWERING ONE’S EXPECTATIONS… Yo creo que hoy por hoy todo va un poco de la mano, pero estoy muy de acuerdo … Las personas no nos preguntamos, soy feliz?. Eso se ve, eso se siente y se demuestra sólo con una sonrisa. Tras Colombia, por cuestiones de trabajo empecé a meter cabeza en Argentina. Qué gran país, qué bello. Buenos Aires es el Madrid latinoamericano. Sin duda me sentí en casa. Sin embargo, no el país, sino situaciones laborales me dijeron, no este no será para ti. Cerré puertas al sector inmobiliario colombiano y argentino para tomarme unos meses para mi. Canadá, por qué no? UK y USA ya lo conocía. Probemos cosas nuevas y disfrutemos del momento. Y aquí estoy… Toronto!!

Aquí la cosa varía. Primer año en Colombia

Cali, Barrio San AntonioCada vez que me abren una puerta pienso que están allí, “¡Sorpresa!”. Es bonito vivir de ilusiones, pero mejor que eso es que se cumplan. Y se realizarán. Quiero que llegue Junio, Agosto y ni os cuento, Navidades para tenerlos aquí, con el fin de que conozcan la tierra de la que me enamoré.

No tengo que decir más veces lo feliz que soy. Se ve, pero confieso que la distancia es dura, muy dura en algunos momentos. Puedo decir que es lo único malo de haber emprendido vida en Bogotá.  Mi familia, lo que más quiero, la tengo a 10 horas de avión. Largo. Sé que están ahí, pero aunque no lo creáis a diario les pienso, recuerdo anécdotas que me hacen sacar una sonrisita y vivo con las ganas diarias del día en que vuelva a verlos. Bendito Facebook, Skype y Whats App. Me permitís sentir sobrepasar cualquier barrera.

Mis amigas asientan sus vidas a la madrileña, me sorprenden con su retos profesionales y alguna me da la super alegría de ser mamá. Emocionante. Muestra clara que ya no somos las niñas del cole, ni las adolescente que dejé al poco de irme a Inglaterra. Cómo pasa el tiempo… Y parece que fue ayer… ¡Las horas son minutos!.

Precisamente esta semana, exactamente el 20 de mayo, cumplí mi primer año en Colombia. Como comentaba en otro post, «sigo enamorada». Quiero a este país, a su gente y su filosofía. Me guío por corazonadas y así fue. Lo sabia. Seguí los impulsos para que Colombia fuera mi segunda casa. Me río de todos aquellos que me decían que no iba a ser capaz de hacerlo. Pues aquí me tienen con nuevo trabajo, nueva casa y nueva compañía.

Tengo grandes retos y planes por llegar. Vivo más tranquila o al menos trato de hacerme al ritmo que aquí toca. Lo cual me ayuda física y psicológicamente. Mi nervio (todos lo conocen) me acompaña en situaciones, pero si no es que no sería yo. ;).

Creo que en estos 12 meses he vivido de todo. Al principio con prisas y adrenalina pensando que no tenía tiempo de conocerlo todo, y pasados unos meses con el gusanito de que aquí me quedo y ya tendré tiempo de visitar  los rincones más escondidos del país. Pendientes están Amazonas, los Llanos y el Eje Cafetero. Lo demás está casi todo descubierto.

Otra lección aprendida, además de la trabajar por tus sueños (el mío únicamente ser feliz), es que la gente te quiere porque tú les quieres. En España ya entraba mal. “¿Hola, por favor, me da?”. Aquí la cosa varía, sonrisa grande “Aló Sr. Cómo le va? Quiubo? Qué más? Me regala por favor…”. La predisposición, las formas y las ganas es lo que hace al colombiano más feliz. Sonríen, se quejan poco (o menos que los europeos) y los que trabajan lo hacen muy bien.

No me siento para nada un ‘española invasora por crisis económica’. Como dice un gran amigo venezolano, soy una europea nacida en el lugar equivocado, mi alma estaba en Latam. Aquí llegué en son de paz y al son de la música vivo Colombia, por eso la gente me acogió tan ricamente.

La verdad que tendría miles de detalles que contaros. De anécdotas y situaciones inolvidables que me han pasado. Las dejaré cuando os vea. Os adelanto que algún día llegaré a coordinar mis pies para enseñaros a bailar, os trataré de usted, e incluso os diré, su merced. Mientras, algunos colombianos me siguen diciendo que aún no me he hecho a la lengua. Lo intento, pero creo que de algunos lugares me voy sin que me entiendan del todo. Por no hablar de la palabra censurada aquí (culo) que está siempre en la punta de mi lengua, tanto que en medio de una reunión, tan ancha, le digo a todos los oyentes, «me quedo con el culo al aire«. Imaginaros el show y lo que pudieron pensar… ¡A ver, eso es muy mío!, y no hablo del trasero si no de la expresión. Me entra la risa.

Lo que sí es verdad que cuando hablo con Madrid sólo me sale, Listo, chévere, y muy muy bacano. Se rien. Tan taaaan divina. Divina como mi vida, mi vida colombiana.

Paréntesis inglés (Bristol, Stamford, Londres)

Creo que nos las hemos pasado toda la vida de un lado para otro… Veranos, Semanas Santas, Navidades y demás festividades cada vez un punto… Antes la familia estaba divida norte y sur de España… Desde Madrid, km 0, salía todo… Ahora sigue siendo la posición de partida, pero a Europa… Ni más ni menos que siete Navidades a la inglesa… Parece que fue ayer cuando cogimos el primer vuelo a Bristol.

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Ahora es otra cosa. Es increíble lo que puede llegar a mover una enana que apenas tartamudea nuestros nombres… Martina, algún día te mostraré aquello que escribí sobre ti, esas millones de fotos que llenaban las memorias de nuestros móviles y los miles de vídeos grabados esperando a que bailaras como tu madre y tu tía que sin vergüenza se movían espectantes a que tu las imitaras… Todo para que luego, yo, y sólo yo disfrutara sola con el burrito sabanero. Siento quemaros pero me hacía transportarme con vosotros a unas Navidades colombianas.

Ni que comentar acerca mi gordita favorita, Martoide. Más duro este año que ningún otro, tú a Bristol y yo a Stamford. La pequeña ya lo sabes… Nos ha absorbido. Pero no me preocupa, algo me dice que muy muy pronto nos encontraremos en un lugar muy muy chévere. Sólo hay que descubrirlo.

De vuelta a los madriles le doy muchas, muchas vueltas a la cabeza. Tantas que me he desencantado con esa educación inglesas, esos modos tan poco latinos. «Too polites» pero dónde está la magia??? Desapareció. La próxima, firmo, será con jamón, gambitas y pescaito rico en mi querida tierra, España. Prometido.